segunda-feira, 15 de agosto de 2011

Era una vez los Juanes y la Kombi

Era una vez una linda tarde de sol en Montevideo gris. Tres intercambistas salieron a pasear por la ciudad y a tomar Patricia por la rambla. Por casualidad, conocieron La Ronda Café. No había Patricia, sin embargo la música y el bar eran lindos. Juan 1 aparece. Nos parece chamuyero al principio pero despues que nos mostró la razón por la cual estaba tan borracho nos pareció lindo! Nos dijo que conmemoraba con sus amigos la compra de una Kombi vieja. Yo sabía que sería para viajar por Sudamérica, claro, por qué más alguien va a comprar una Kombi vieja con amigos? Y nos mostró las fotos de una Kombi azul... 

Las viajeras les envidiaron. Decidieron que iban a preparar la versión femenina del roadtrip. Empiezaron los planes. "Nuestra kombi tiene que ser rosa". "Vamos a seguirles en la ruta por si acaso algo pase con el motor". "Ellos van a decir que las mujeres no manejan bien". "Las carreteras en Bolivia son muy peligrosas, capaz tendremos que llevar un hombre dentro de la kombi rosa". "A mi me encanta manejar". "Y qué tal pintar la kombi con la marca de la Patricia y salir a divulgar la mejor cerveza del mundo por el continente?". "Podemos intentar un aporte con la cerveza, no?". "Podemos filmar todo el viaje y convertirlo en uno de aquellos programas reality show on the road!". "Capaz tenemos que buscar canales televisivos posiblemente interesados en la idea, no?". "Y hay que divulgar la bandera de Uruguay, nadie conoce nada de acá, es un país escondido, vamos a abrirlo". "Sí, más porro, por favor". 

Al fin, todo lo que hicimos fue comprar la Kombi de la foto. Lo que importa es lo de adentro... Y la intención también! 

Pero dale, de vuelta al atardecer de invierno en La Ronda Café, Juan 2 aparece. Nos dice que es gemelo de Juan 1 [nada que ver]! Chamuyero!!!! Seguro dicen eso a pila de chicas. Tienen hasta una cédula de indentidad para comprobar la broma. Por supuesto son falsas. Pero dale, les bautizamos los Juanes. Y cantamos Juanes. Y tenemos la camisa negra, pero negra no tenemos el alma. Salud! Se iban. Un amigo porrero tenía un fusca. 

Aprovechamos el dedo. No era un fusca cualquiera. Era mágico. Nos transportó hacia otra época. A los años 60. Ya no cantábamos Juanes más, sino Janis Joplin. Oh Lord, won't you buy me a piiiiiiiink Kooooombi? My friends all drive beetles they must make emmends. Worked hard all my lifetime, no help from my friends. So Lord, won't you buy me a piiiiiiiinkyyyyyyy Kombyyyyyyyy?? Con los vasos 
robados de La Ronda (más por apuro que por mala intención), 
 llenos de cerveza, brindamos a Montevideo no tan gris. 

A Djaja y a Helen les preocupaba el hecho que el porrero era quien manejaba. Él, que ni siquiera conseguía conversar. Pero también era parte del momento woodstock, y brindamos una vez más. Nos dejaron en casa y se fueron. Teníamos el celular de Juan 1 guardado en la agenda del móvil. Sin embargo ya no lo tenemos más. Me robaron el aparato horas después, mientras bailábamos borrachas en el bar. Lo que sobró fue su correo electrónico apuntado a mano en mi cuadernito de observaciones. Así que te escribo este texto para quizás nos vemos todos de nuevo y hablamos más sobre Kombis, Patricias o política internacional.

Abrazos,


Patrícia Álvares